Abro un ojo ligeramente buscando la luz de los números que dan la hora en el despertador, y ahí está, falta menos de un minuto para que tenga que sonar el despertador. ¡Pero yo quiero seguir durmiendo!
Mi cuerpo, mente, o lo que sea, ha empezado una guerra con un duro golpe que me deja confuso y desconcertado, parece una batalla perdida.
No obstante, intento cerrar los ojos y dormir, mientras en la cabeza solo tengo una cuenta atrás inevitable, como el condenado a muerte que espera que caiga la guillotina. No se cuando va a acabar, se que será pronto.
Pero me confío, por un momento creo que lo voy a conseguir, voy a dormirme, incluso empiezo a soñ... MEC MEC MEC MEC MEC MEC. El sonido de la derrota.
Lo peor es que pronto vuelvo a enfrascarme en la rutina del trabajo y olvido el brutal conflicto que he tenido al despertar. Y como lo olvido no aprendo, y la mañana menos pensada ¡ZAS! Otro golpe matutino.
¿Qué tiene esa necesidad de despertarme un minuto antes de que tenga que sonar el despertador? ¿Acaso eres tu, Dios?
Sr. Odio :^P