lunes, 4 de julio de 2016

Odio no saber que contará la historia de nosotros.

Y es que de aquí a 100 o 1000 años o cuando sea que se empiece a estudiar en los libros de historia nuestro tiempo actual, no se lo van a creer.

Estudiarán lo fácil que era tener a la gente dominada tras una ilusión de democracia. Lo fácil que era engañarnos y nuestra capacidad para autoengañarnos. Lo sencillo que era manipularnos, mentirnos, manejarnos como marionetas, mientras seguíamos pensando que teníamos un pensamiento crítico e independiente.

Estudiarán como permanecíamos en nuestras casas, enviando tweets ingeniosos y ácidos sintiéndonos unos auténticos activistas y pensando que van a cambiar el mundo, cuando en realidad era una forma de desactivarnos. Cómo su siguiente paso fué destrozar la educación para tener a un pueblo aún menos crítico.

Cómo nos hacían creer que había una salida (que no existía) para que no nos plantearamos otras formas de salir.

También estudiarán como nos toreaban y se reían de nosotros, mientras nosotros permanecíamos quietos con la sonrisa estúpida de quien no entiende el chiste. Cómo nos enfrentaban unos a otros para que no pudiésemos ver al verdadero enemigo (el clásico divide y vencerás).

Supongo que también les llamará la atención como vendimos nuestra dignidad por un falso estado del bienestar.

Siento especial curiosidad por lo que pensarán las futuras generaciones cuando estudien que personas (con nombre y apellidos) tenían el poder real del mundo, cómo y por qué llegaron ahí.

Y por lo que más curiosidad siento, es por si realmente todo eso aparecerá en los libros de historia alguna vez, si lo hace, querrá decir que algo cambió en algún momento. Porque una cosa está clara, si esto no cambia, nada de lo de arriba se estudiará jamás.

¿Cómo creéis que nos recordará la historia?


Sr. Odio :^P

lunes, 27 de abril de 2015

Odio los recogedores

Y es que nadie invierte en la tecnología de los recogedores.

Digo yo que no debe ser tan difícil. Si los botijos evolucionaron hasta su más alto nivel o incluso los sonajeros, ¿por qué la industria no dio el siguiente paso con los recogedores? ¿O quizás sí lo dio? 

Llevamos smartphones en los bolsillos que podrían gestionar un viaje a la luna (si eres capaz de que lleguen en menos de un día, claro, porque si no, se quedan sin batería y ya veo al astronauta pidiendo un enchufe a los selenitas para enviar un whatsapp a casa para decir que está bien). 

Bueno, volvemos al tema, que me desvío. Llevamos móviles super-inteligentes, pero no somos capaces de crear un recogedor que acople perfectamente con el suelo y no se cuele el polvo por debajo (en el peor de los casos) o deje una raya delante, la cual hay que rerecoger una y otra vez tendiendo a infinito.

No digo que no se hayan hecho intentos de solucionar el problema, que si filo de goma y que si piel de unicornio, pero lo cierto es que al final no hay un solo recogedor que recoja todo. 

Como sabéis, no nos gusta exagerar nada, ni mucho menos las teorías conspiranoicas, pero cualquiera en su sano juicio puede atar cabos y llegar a nuestra misma conclusión a través de hechos demostrables. 

Al final la industria recogedora está en manos de las grandes distribuidoras eléctricas (nos jugamos la vida contándoos esto, esperamos que sepáis valorar nuestra valentía), las cuales, compran a escote las patentes de las escobas eficientes o por lo menos eficaces. Estudios demuestran que a la vigesimocuarta rayita de polvo que recoges la mayoría de personas lanzan el recogedor por la ventana al grito de: "A tomar por cleta la biciculo" y se van a su tienda de electrodomésticos más cercana a comprar el aspirador más potente del mercado, el cual, utilizan para aspirar la raya al grito de "AHORA QUÉ ¿EH? HIJA DE PUTA ¿AHORA QUÉ?".

Supongo que habéis llegado a la misma conclusión que nosotros, ¿o no os parece desproporcionado gastar energía eléctrica para aspirar una simple rayita de polvo? (no esa rayita, os recordamos que seguimos hablando de aspiradores)

¿Cuándo se producirá el amanecer de los recogedores?

Sr. Odio :^P

lunes, 20 de abril de 2015

Odio las estrategias "pro" de los comerciales.

Y es que algunos se piensan que somos tontos y no lo sabemos (lo que me recuerda la frase de "eres tonto y en tu casa no lo saben").

Pues bien, hoy vamos a analizar esas estrategias sucias y maquiavélicas que intentan utilizar algunos comerciales, con las que no solo intentan insultar nuestra inteligencia, sino que además demuestran la suya.

- "Sólo me queda uno". Es mítica y épica esta frase, se suele aliñar con "tengo gente interesada" (en enviarme a la mierda) o "ya han venido a verlo" (y no piensan comprarlo).

- No dar información acerca del producto por más que se pregunte reiteradas veces suele marinar muy bien con el "sólo me queda uno". El no dar información también nos da paso a dar el argumento "están casi a mitad de precio de mercado" (pero me tienes que contestar ahora antes de que puedas ver que es mentira si no "no se le vale").

- En el mercado de segunda mano nos encontramos con cosas nuevas, o por lo menos "casi" nuevas, tras la máscara de "sólo se ha utilizado 2 veces" (o 2000 es que tengo poca memoria), "su anterior propietario era un hombre mayor" (que lo utilizaba para hacer rallys) o el ya conocido "prácticamente nuevo, lo vendo por falta de uso" (y no porque cada vez que lo pongo en marcha explota matando un gatito dormido en su cesta mientras sus hermanos gatitos ven horrorizados como agoniza).

- Otro apasionante argumento es "somos del mismo pueblo, entre los del pueblo nos tenemos que ayudar" (a sangrar a la gente). Si alguien de verdad cree que este es un argumento para vender, que coja la puerta, la abra y se vaya a la mierda él/ella y su "chantaje emocional" barato.

- Y para terminar, un especial de argumentos para vender un coche de segunda mano (a parte de las que se han nombrado arriba y que se pueden aplicar). "Único dueño" (profesor de autoescuela), "pintura original" (no tiene frenos pero ¡EY! la pintura es original).

Y a vosotros, ¿cómo os venden la moto?

Sr. Odio :^P


lunes, 13 de abril de 2015

Odio la falta de civilización de los jóvenes.

El hombre de Anchiano nos ha regalado esta entrada, espero que la disfrutéis y penséis tanto como lo hemos hecho nosotros y paro ya de hablar que no quiero ensuciarla más con mis palabras.

Y es que no hay que confundir falta de civilización con mala educación. Digo esto porque probablemente esos jóvenes sean correctos y educados si trabajan de cara al público, cuando el médico les pregunta a ver qué les duele, o cuando un policía les dice que les muestren los papeles del coche... pero ese comportamiento no tiene nada que ver con el que tienen cuando se encuentran fuera de entornos de obligatorio cumplimiento.

Estoy hasta las pelotas de que en mi entorno me digan que soy un “carca” porque desapruebo un montón de las cosas que hacen ellos hoy en día y que nosotros, cuando lo éramos, no se nos hubiera ocurrido hacer por el simple hecho de que somos/éramos educados.

No soporto que haya que ser tolerante con gente que se pone en las colas donde le sale del “chete” sin preguntar quién es el último, y sin siquiera dar los buenos días. Cuando se me han colado, he sido incapaz de callarme... aunque esto también lo hacen las señoras mayores.

Odio que haya que ser tolerante con gente que va con su música a todo volumen en el transporte público de turno o por la calle... cuando se inventaron los cascos el siglo pasado. No tengo ninguna necesidad de martillear mi cerebro con tu música. Escucha tu mierda de música con cascos, como hacemos los demás con nuestra mierda de música. Es más, a veces la gente aprovecha el transporte público para leer o dormir, cosas que se pueden hacer sin molestar a nadie. En la Europa de los Pirineos para arriba, hay un agradecido silencio en trenes y autobuses.

Odio que no se les pueda decir nada cuando enseñan a los colegas un video que le han pasado por WhatsApp, y que después de enseñarlo, van a enviar a esos mismos amigos. Odio que pongan los pies en el asiento de enfrente: “Puto cerdo, mi lavadora no tiene por qué lavar tu mierda”. Odio que tiren un papel al suelo pasando por delante de una papelera, o que sean incapaces de vaciar las bandejas del McDonald ́s o el Pans&Co.

NO AGUANTO que vacilen o falten al respeto a ancian@s que reprueban las actitudes de niños consentidos que hemos ido educando en la era de las videoconsolas, y por eso mismo suelo ser yo el que tras una mirada cómplice del señor o señora de turno les dice algo, sabiendo que impongo más que los pobres viejos a los que les tiembla la voz cuando regañan. Un sarcástico “¿te ayudo yo? ” o “¿vas cómodo? ” suele ser suficiente.

Pero lo que más odio, lo que más me consume, es que no puedo hacer nada más que atajarlo en el momento, sabiendo que en cuanto yo no esté, nadie les va a decir que se pongan cascos, que bajen los pies, que no tiren papeles al suelo, que recojan lo que ensucien.... porque para sus padres, que sólo les tratan en los ámbitos hipercontrolados de los que he hablado en el primer párrafo, sus hijos son muy educados (¡¡llamarles lo contrario sería faltarles al respeto a ellos!!), pero NO es un problema de educación, sino de CIVILIZACIÓN. Y en eso, por mucho que se empeñen los políticos, somos Europa, pero ¿somos o no somos europeos?

lunes, 6 de abril de 2015

Odio ir a comprar a los centros comerciales.

Directamente desde "la librería perdida" nos llega este desgarrador relato. Esperemos que la disfrutéis.

Sí, es una verdad inquebrantable, mi última odisea fue por querer ir a comprar unas maderas para forrar una pared. Todo empieza cuando llegas al centro comercial todo sonriente con la furgoneta de tu amigo, porque claro, todos tenemos un amigo con furgoneta. Lo primero que descubres al empezar a bajar para acceder al parking es que por poco no chocas con el techo. Pasado ese trauma la furgoneta se desplaza por el parking de con una dudosa distancia entre los fluorescentes y ella, llegando al punto de pensar que chocaras con alguno.

Superado el primer tramo de caos en el cual empiezas ya por odiar el parking, toca subir, para ello te dispones a coger las escaleras mecánicas. Cuando las empiezas a subir descubres que esa era la peor elección posible. Allí, en medio de las escaleras siempre está el clásico grupo de elementos que las ocupa por completo sin dejar espacio para que otra gente pueda avanzarles. Entiendo eso de “tú libertad termina donde empieza la mía”, pero yo tengo que tener mi libertad para no tener que detenerme, algo que los susodichos son incapaces de comprender.

Tras la escalera te diriges a tu destino, y te recorres todo el almacén hasta el fondo ya que es allí donde tienen las maderas que tú quieres. Llegas todo feliz y descubres que el precio que habías visto días antes ya no está y el actual es tres veces el que viste. En ese momento empieza a invadirte un ansia asesina hacia los que te rodean, en concreto hacia los trabajadores a pesar de no tener culpa directa de tu desgracia. Superando ese momento en el que casi se te empiezan a salir lágrimas a causa de la subida de precio, decides cogerlas al precio que están, pues estás decidido a realizar tu trabajo en casa.

Cargas tus maderas en el carrito que has cogido previamente, un carrito que ni por asomo está preparado para llevar ese peso ni obviamente el tamaño de las maderas. Vas arrastrando el carrito como puedes y sorprendentemente la gente a pesar de ver que te cuesta llevarlo hasta la caja ¡no se aparta! Tú, el pobre desgraciado que a duras penas puede llevar ese carro eres “El elegido” aquel que puede esquivar a todo el mundo a pesar de la dificultad. Todo va bien, o lo bien que puede ir mientras odias a todos los que te rodean cuando aparece “La niña”.  La niña es ese ente cuyos padres no vigilan y que ronda los 8-10 años, que justo cuando te acercas ella, te ve y piensa “Jajaja, será muy divertido ponerme delante”. Tienes que frenar como puedes para no arroyarla a pesar de que en el fondo lo quieres, lo merece, ha saltado delante de ti adrede.

Tras esquivar a la niña llegas a caja y piensas “bien, lo he conseguido, voy a poder salir”. Tras pensar eso te dicen el coste de tus maderas y resulta que es extrañamente elevado. Vuelves atrás, si, al fondo de nuevo, pero esta vez con tu carro lleno de maderas. Vuelta a esquivar a toda la gente. Cuando finalmente llegas compruebas que allí no tienen ningún tipo de sistema de organización. El supuesto precio de las maderas que habías visto era de otras, pero las que estaban debajo de él ¡eran las tuyas, las que has cogido!

Te detienes allí un rato, tanto como para retomar el aliento como para pensar sobre que maderas te interesan más. Al final decides que las que tienen el precio más elevado ya que llevan barniz y las otras no. Vuelves a ponerte en marcha con la esperanza de no volver a encontrarte a la niña y lo consigues, no se cruza en tu camino y logras llegar a caja sin incidentes. Una vez te has desecho de tu dinero, bajas al parking por un ascensor, no quieres volverte a encontrar con los elementos de las escaleras. Cargas todo en la furgoneta y guardas el carro con el que querías arroyar a la niña. Subes a la furgoneta, y por último, otra vez el susto cuando crees que vas a chocar con el techo de la salida.

miércoles, 1 de abril de 2015

En abril odios mil.

Señores, señoras y demás elementos que formen parte de la fauna odiosa. Tras la insistencia de nuestros seguidores en nuestro regreso y para enfriar las revueltas y disturbios que estaba provocando nuestra ausencia, anunciamos que este mes de abril y de forma totalmente extraordinaria vamos a llevar a cabo el ciclo "En abril odios mil" y no, no es que tengamos mil entradas para publicar, lo que pasa es que rima.

Durante los lunes de abril vamos a aprovechar para sacar a la luz dos pequeños tesoros que nos han llegado en forma de colaboración y dos entradas escritas del puño y letra de Sr. Odio totalmente inéditas.

Esperemos que os gusten.

Sr. Odio :^P

lunes, 11 de agosto de 2014

Odio no tener más tiempo

Venimos con colaboración internacional. Desde el otro lado del charco Angel Banegas nos trae su odio.

Y es que esta colaboración será un poco difícil, pues no es algo que este acostumbrado a escribir, pero sin embargo, aquí vamos y el tema central de este post será “El Tiempo” ese mismo que nunca es suficiente para hacer todo lo que queremos hacer o tenemos que hacer.

Si, acertaste! Soy de esas personas que no tiene tiempo de nada y hace miles de cosas a la vez en un solo día, sin embargo no alcanza y siempre queda algo en el tintero, Como por ejemplo este post que lo estoy escribiendo luego de llegar de una complicada reunión laboral.

Si esto le escribiera para mi blog, estaría diciendo que para tener más tiempo, habría que organizarnos, porque la finalidad es dar consejos a bloggers. Si eres uno puedes ver 30 ideas paraescribir un post en tu blog, por ejemplo, pero no es la finalidad por aquí, simplemente he tenido la posibilidad de expresarme libremente de las cosas que odio y una de ellas es el tiempo.

No tengo tiempo de nada

Creo tener la certeza de que te sientes identificado y que el tiempo también te juega una mala pasada en tus días, gracias a dios tenemos una a favor que nos da la opción de ahorrar algo de tiempo, la tecnología. Realmente no veo escribiendo una carta, ir al correo a enviarla y esperar una semana que llegue y otra para que te respondan, sin embargo la gente vivía así. Ahora el correo electrónico nos ahorra muchísimo tiempo, así como las miles de vías de comunicación que existen en la actualidad. Y la pregunta entonces sería ¿Cómo les alcanzaba el tiempo a esas personas? Nosotros teniendo las cosas más fáciles no logramos hacer todo, entonces esas personas que vivieron esa época no tendrían mucho por hacer jeje.

Hago miles de cosas al día ¿Será que a veces hay que para un poco? Creo que sí, pero hay muchos factores que hacen que no paremos, que nuestra vida sea una carrera constante, en mi caso va más por lo económico, la dificultad de llegar a fin de mes hace que esté trabajando 25 de las 24 hs del día, pero no queda otra si hay una familia que mantener y gastos habituales de una casa de familia. No me quejo, solo odio no tener más tiempo, pero es la vida que nos toca vivir y acá estamos, por suerte me hice un poco de tiempo para escribir este post, espero les haya gustado y dejen su comentario!

En definitiva vivo pidiendo más tiempo para llegar a hacer todo ¿Tu como organizas tu tiempo?


@angelbanegas