lunes, 23 de abril de 2012

Y el séptimo día odió la falta de fuerza de voluntad.


Y es que es tan duro hacer lo que se debe. Tan duro cambiar una rutina. Tan sumamente duro hacer lo correcto.

Sin embargo es tan fácil dejarse llevar por el lado oscuro. Elegir la opción incorrecta, o simplemente no hacer nada, cualquiera de las dos opciones te llevan a una satisfacción instantánea. Acción reacción, hago, o no hago, y recibo una recompensa satisfactoria a corto plazo.

Después llegan los remordimientos, y es aquí donde se encuentra el punto fuerte de tener fuerza de voluntad. De proponerse algo y llevarlo a cabo. Y es que normalmente las buenas acciones se recompensan con el tiempo, con el trabajo duro. 



Haces algo bien, tomas la decisión correcta, y lo normal es que no veas resultados hasta pasado un tiempo, es más, a corto plazo puede ser hasta malo. Como las agujetas cuando empiezas a hacer algún deporte, por ejemplo.

Entonces me planteo, siguiendo con el ejemplo del deporte. Si a la larga voy a estar más satisfecho de haber cogido una rutina y practicar deporte. Si esto es mejor para mí que simplemente quedarme en mi casa sin hacer nada ¿Porqué el cuerpo lo pone tan difícil? ¿No debería el cuerpo querer estar bien, y por lo tanto, incentivar mis ganas de hacer deporte tanto a corto como a largo plazo? Una actividad gratificante desde el primer segundo, y para toda la vida. (El deporte es sólo un ejemplo, estoy seguro que cada uno tiene su espinita, o espinitas clavadas con algún tema. Sino, ¡mi más absoluta enhorabuena!)

Partiendo de que lo explicado en el párrafo anterior es así y punto, tenemos que recurrir a nuestro cerebro para convencerle que lo que hoy no te apetece, en el futuro será una gran satisfacción.


Pero es difícil hacer entender a los pensamientos (hablo de ellos como el ente independiente de la persona, pues si por nosotros fuera, todos elegiríamos la gran satisfacción a largo plazo, a la ínfima instantánea.) que va a venir algo en un futuro mejor que lo que tiene. El cerebro hoy en día, está acostumbrado al “lo quiero” y “lo tengo ya”.

El mundo va muy deprisa, e internet, entre otras cosas, nos da la falsa sensación de que todo es instantáneo. Sin embargo, la realidad no es así, y tenemos que convivir con ella día a día.

¿Cómo lleváis el tema de la fuerza de voluntad? ¿Qué es lo que más os cuesta? 
Sr. Odio :^P

4 comentarios:

  1. Mañana inicio una dificil aventura de 15 dias sin lacteos. El post no podia ser mas apropiado...

    ResponderEliminar
  2. bufff!!! la fuerza de voluntad para mí no existe! :S

    ResponderEliminar
  3. Yo también la perdí hace mucho, y no hay manera de encontrarla.

    ResponderEliminar